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En los momentos en los que decido desacomodar la vida me refugio en, éste, mi rincón para crear un espacio para la escritura cuando, en realidad me siento en estado de lenguaje escrito. Aunque muchas veces no puedo distinguir qué es lo primero; si la soledad o la escritura. Sin embargo la palabra escrita, su cadencia, su musicalidad y sus cuidados, su intensidad y su intencionalidad me intimidan. No obstante si me lees no me sentiré tan sola, me sentiré reconocida.

jueves, 6 de agosto de 2009

* RADIO SELVA *

Mi trabajo en Radio Selva , fue un regalo que la vida me tenía reservado. Si tuviera que contarles cómo llegué a conocer la magia que ese espacio encierra , tendría que emplear la palabra casualidad.
Una mañana lluviosa, como tantas otras en Baeza, al final de una entrevista a la que había sido invitada, luego de una elección al azar realizada, por personal de la radio interesado en conocer impresiones de los extranjeros residentes en tierra Amazónica. Sin saberlo, mi voz, mi acento y mi dicción, ya estaban aprobados y me abrían, en esos momentos, las puertas de la radio para una propuesta de trabajo, grabar algunos comerciales. A las 13 hs de ese mismo día salía al aire mi voz en mi primer trabajo radial.
Desde aquella mañana y todas las siguientes, durante los meses más hermosos de mi historia en aquel paraíso andino, ingresaba radiante a tomar mi puesto, que en sus comienzos y después de grabar, fue musicalizar la hora del almuerzo. Mis resoluciones en ese pequeño tramo de mi trabajo, resultaron satisfactorias y me hicieron acreedora del ofrecimiento de un programa que debía ser creado por mi y al que debía dar un formato guardando algunas pautas de rigor.
Cuando la patria está lejos se pierde todo aquello que provee y estimula el desarrollo de las nociones de pertenencia. Era tanto el sentimiento de extrañeza y desapego o desarraigo que acepté dicha propuesta como una tabla de salvación, la misma me llevó al apasionante mundo de la radio.
La elaboración de un programa, demanda muchas horas de trabajo, sobre todo cuando no se tiene experiencia en el tema, además, el mismo debe ajustar su contenido y formato a la lógica que impone la comunicación radial. Les cuento que nada fue tan complicado ,para mi, como la preparación de los textos que, a su vez, debían guardar relación con título del programa y evitar la repetición de palabras. En relación a esto último, reactivar mi capital cultural y de sinónimos era perentorio. Necesitaba fluidez verbal y escrita para resolver la producción de los mismos. Pero nada superó, por lo excitante y divertido, a los ensayos frente al micrófono, sobre todo cuando debía pronunciar palabras terminadas en "S" y las que incluyen la "R" intermedia, bromas y risas dilataban el tiempo de trabajo y los plazos para la primera emisión se extinguían.
Lo que había nacido como un juego se me reveló como una pasión que habría de acompañarme hasta el presente. Con el coraje que infunde la tensión de la aventura presenté al productor de la radio, Yanny, el manuscrito del que sería mi programa y al que había concebido con el título de "Enhebrando Sueños", y cuyo oído crítico se me presentaba, casi, como un purificador de estilos.Sin embargo seguí sus lineamientos con la misma sangre fría con que había enfrentado la adversidad desde hacía bastante tiempo. No sé todavía si en realidad, en aquellos días, trabajaba más para el olvido de mis penas o para enriquecer mis conocimientos, solo sé que el hallazgo impensado de un lugar donde podía ser yo para expresar mis sentimientos y mis modos de mirar y entender el mundo, deja marcas imborrables que tienen que ver con ese estado, siempre lo repito, con ese estado interior que todo ser humano quisiera alcanzar y retener, la felicidad. Hoy con la nostalgia que se imprime en todo lo que no se puede ver o alcanzar, intento rescatar, una a una, las imagenes de un tiempo compartido que jamás olvidaré.

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